Qué son las arañas vasculares y cómo eliminarlas sin operación
Las arañas vasculares, o telangiectasis, son dilataciones de vasos venosos muy pequeños, de unos 2 mm., localizados en la parte más superficial de la piel de las piernas, cara o manos. Su color suele ser morado o rosado.
Las causas principales de su aparición suelen ser la herencia genética y la carga de estrógenos. Otros factores tales como la obesidad, el sedentarismo o el estar de pie durante mucho tiempo, pueden empeoran su apariencia.
Es habitual asociar las arañas vasculares con las varices a causa de su similitud en aspecto. Sin embargo, la principal diferencia entre ellas es que las arañas vasculares son más pequeñas que las varices y no suelen provocar dolor, aunque en ocasiones también pueden provocar molestias.
En la actualidad, el tratamiento médico más eficaz y seguro para eliminar las arañas vasculares sin cirugía es la escleroterapia.
Escleroterapia con espuma
La escleroterapia con espuma es la técnica estrella para tratar las varices y algunas venas varicosas. Actualmente, ésta técnica substituye una parte muy importante de la cirugía de las varices. Es una técnica cómoda y segura, y que realizada en buenas manos, resuelve muchos problemas venosos que antes sólo tenían solución quirúrgica.
Se trata de un tratamiento poco invasivo, sencillo, y con un mínimo de riesgos. No necesita ingreso ni baja laboral, puesto que permite una incorporación inmediata a la vida habitual una vez finalizado el tratamiento.
Los resultados obtenidos son similares a los de los procedimientos quirúrgicos convencionales gracias a su eficacia, durabilidad y seguridad.
La microescleroterapia
La microescleroterapia es la técnica de tratamiento más común para las arañas vasculares de las piernas, cara y manos. Consiste en inyectar una sustancia química suave en la vena afectada que, a su vez, se engancha en la pared de su revestimiento y hace que ésta se cierre.
Una vez que la vena ha sido esclerosada se reabsorbe por los mecanismos naturales del propio organismo. Finalmente, desaparece después de unas semanas y con ella, el dolor y la apariencia antiestética tan desagradable.
Durante este tratamiento el paciente puede reanudar su curso de vida habitual de inmediato, e incluso tomar el sol. En 2 o 3 semanas las venas afectadas desaparecen.
El número de sesiones necesarias varía según cada paciente, en función del número de venas, el tiempo de evolución y el nivel de perfección estética deseado.
Dra. Maria Antònia Bonany
Médica. Flebóloga.
Centro de Enfermedades de Venas
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