La enfermedad venosa es una condición que afecta a las venas del cuerpo. La mala circulación sanguínea hace que la sangre se acumule en los vasos sanguíneos, lo que puede provocar diversos problemas. Uno de los síntomas más comunes de la enfermedad venosa es la hinchazón de los tobillos. También puede experimentar una sensación de pesadez o dolor en las piernas, así como calambres. En algunos casos, la enfermedad venosa puede ser visible a través de la piel, provocando arañas vasculares o varices. Aunque no existe una única causa de la enfermedad venosa, hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de padecerla.
Factores de riesgo de la enfermedad venosa
Entre los principales factores de riesgo se encuentran la obesidad, estar de pie o sentado durante mucho tiempo, el embarazo o el estilo de vida sedentario.
Como consecuencia, aparecen una serie de síntomas y signos de la enfermedad venosa como:
- Dolor y pesadez en las piernas
- Piernas cansadas
- Calambres
- Picor
- Sensación de calor
Cuando aparecen estos signos, hablamos de Insuficiencia Venosa Crónica.
Existen una serie de recomendaciones que ayudan a mejorar los síntomas y favorecer el retorno venoso para evitar la aparición de las varices:
- Practicar de ejercicio físico de bajo impacto de manera regular, como nadar, caminar diariamente, montar en bicicleta..
- Realizar duchas de agua fría en las piernas, sobre todo en verano.
- Evitar la exposición directa del sol en las piernas durante mucho tiempo.
- Beber agua diariamente, entre 1,5 ó 2 litros.
- Evitar las prendas de ropa muy ajustadas y usar un calzado adecuado, que sea ancho y cómodo, sin un tacón excesivo.
- Usar medias de compresión adaptadas al grado de compresión adecuado según su caso. Es recomendable que consulte con un médico especializado en flebología.
- Seguir una dieta sana y equilibrada. El sobrepeso dificulta una correcta circulación sanguínea. Para ello, es clave una dieta rica en fibra, frutas, verduras y cereales.